lunes, 6 de febrero de 2017

El patrimonio de Macri

Complicaciones patrimoniales del presidente argentino

Por Alfredo Popritkin[1]
Para Poder Ciudadano

Introducción
Las declaraciones juradas patrimoniales (DDJJ) nos indican lo que el presidente posee (en el activo) y lo que debe (el pasivo). También nos informan lo que ganó durante el último año. El activo menos el pasivo nos da el patrimonio al final de cada año.

Por su parte, el fideicomiso ciego es un documento que nos señala cómo se manejará el presidente en el futuro. Si tomará distancia real de su patrimonio, si podrá incidir o no -con sus decisiones como funcionario- en aumentar ese patrimonio personal.

La fórmula más adecuada consiste en que el patrimonio pase a ser administrado por terceros que garanticen no ser influidos por el funcionario, que sean reconocidos por su independencia. Que reciba recursos suficientes para sus necesidades y las de su familia.

El presidente Macri excluyó del fideicomiso más de la mitad de su patrimonio, lo que indica que los seguirá administrando por sí mismo. Tal vez los haga crecer, transformando esos activos, invirtiendo, generando rentas o ganancias, efectuando transacciones en las que podrían influir su posición de jefe máximo del país.

Se trata de un documento engañoso, insuficiente, que no cumple cabalmente con la función que debería.

Los argentinos tenemos malas experiencias recientes. Durante el gobierno de los presidentes Kirchner, ellos compraron tierras fiscales a muy bajo costo, a precio vil, irrisorio, que en parte revendieron con una ganancia sideral que los favoreció, mientras que, sobre otros terrenos, ubicados en lugares estratégicos, se edificaron hoteles cuya explotación también benefició a los Kirchner y que además, sirvieron para montar un mecanismo de lavado de dinero.

Resulta ser que el presidente Macri, por su parte, adquirió recientemente, en el año 2015, tierras en la Provincia de Salta por 3,7 millones de metros cuadrados y en la localidad de Pilar, Provincia de Buenos Aires, tierras por 495.000 metros cuadrados. Llamativamente, esas tierras, al igual que otros activos, no formaron parte del fideicomiso ciego. Continúan bajo la administración del presidente. Cabe plantearnos, ¿qué propósitos tendrá? Es una pregunta con respuesta abierta.

Los argentinos necesitamos que nuestro presidente, sea quien fuere, ponga su mente en administrar bien el país, que dedique todo su tiempo, energía e imaginación a ello. Que no se sienta tentado a realizar negocios que lo beneficien a partir de su posición. Que administrar sus bienes no sea una preocupación y menos una tentación a partir de lo decisivo de su cargo.

En el caso del presidente Macri, al tratarse de una persona con un patrimonio históricamente apreciable, es conveniente que delegue su administración en terceros. Es la mejor forma de despejar dudas.

Dentro del patrimonio presidencial encontramos que ha tenido dinero depositado en un paraíso fiscal, en Islas Bahamas, que ha sido integrante de sociedades offshore no declaradas impositivamente, que salieron a la luz en la filtración de datos conocida como los Panamá Papers, que tiene vínculos económicos con sus amigos, empresarios y funcionarios Nicolás Caputo y Néstor Grindetti, que Caputo es contratista del estado que dirigió y dirige Mauricio Macri, que en los años 2010 tanto Macri como Grindetti quedaron involucrados en una defraudación a la ciudad de Buenos Aires en el caso conocido como Bonos Tango, que nunca fue debidamente esclarecida, que Grindetti también es titular de sociedades offshore no declaradas, conforme a lo revelado en los Panamá Papers, que podrían tener relación con el affaire de los años 2010.

Por lo expuesto y por inconsistencias en las sucesivas DDJJ, al presidente Mauricio Macri lo podemos calificar, desde un punto de vista patrimonial -hasta ahora- como un funcionario desprolijo y hacia adelante, por el formato de fideicomiso y por la investigación sobre sus sociedades offshore, como un posible sospechoso.

Sus DDJJ son inconsistentes pues no concuerdan las presentadas en la ciudad de Buenos Aires, con la de su candidatura y con la primera ya como presidente.

El fideicomiso ciego hace agua por los cuatro costados. Una parte importante de su activo fue excluido y el administrador designado no es garantía de independencia.

Fideicomiso

Definición de fideicomiso ciego
El objetivo de un dispositivo es evitar el conflicto de intereses entre el patrimonio de un funcionario y la función pública. En rigor, se define como un mecanismo que permite a una persona que ejerce un cargo de autoridad pública, ceder la administración de su patrimonio a un tercero independiente.

A pesar que Macri prometió buscar un mecanismo transparente para manejar sus bienes, la forma en que implementó el fideicomiso ciego, carece de los requisitos mínimos para considerarlo confiable. Si bien la intención representa un avance positivo, la realidad indica que aún falta una dosis de buena fe por parte del propio funcionario, para poder afirmar que el camino elegido resulta confiable para la sociedad civil[2].

Nos preguntamos, qué bienes deberían quedar incluidos en el fideicomiso. Y, a su vez, qué bienes e ingresos podrían estar excluidos. La respuesta lógica sería que deberían incluirse todos los bienes a excepción de aquellos de uso personal por el funcionario y su grupo familiar durante la duración del cargo que ocupará. Sin duda podrá haber diferentes criterios, situaciones particulares o matices, pero nos parece que el enunciado, podría ser el criterio general.

Un caso especial lo constituyen las recientes inversiones realizadas por el presidente Macri, y nos referimos en particular a la compra de tierras en las provincias de Buenos Aires y Salta. El presidente no exteriorizó la existencia de proyectos a llevar a cabo sobre esas tierras, pero cualquiera que fuesen esas eventuales iniciativas, lo más recomendable es que no se ocupe en forma personal, por las razones ya argumentadas: transparencia y para mantener su mente ocupada al cien por ciento en gobernar. Es por ello que opinamos que sea como fuese, esas tierras debieron haber integrado el fideicomiso ciego, ya sea que se trate de una simple inversión o que incluya proyectos agrícola-ganaderos, de desarrollos constructivos o sean simples operaciones inmobiliarias.

En cuanto a las acciones de sociedades o empresas, se aprecia una decisión adecuada, a mi criterio, porque solo han quedado fuera del fideicomiso ciego la sociedad que es titular de su vivienda en Barrio Parque, uso personal, y otra sociedad cuyas acciones fueron vendidas por el presidente Macri. El resto de las sociedades quedaron bajo la administración de terceros. Si quisiéramos avanzar otro escalón podríamos plantearnos si toda persona es válida y aceptable como un buen administrador. Al respecto, nuestra opinión es que el administrador designado debería resultar de una combinación entre confianza, idoneidad e independencia. Mientras las dos primeras virtudes son prioridad para el funcionario, la independencia es el factor que mucho le interesa a la sociedad, por ello que, cuando más reconocimiento e integridad demuestre el administrador, mejor responde a las expectativas de los ciudadanos, máxime cuando el país arrastra antecedentes de gobernantes poco confiables que arrastran serios problemas de corrupción.

Un aspecto que no podemos omitir es la existencia de sociedades y cuentas offshore, típicas de soluciones generalmente marginales, o radicadas en paraísos fiscales. En este aspecto el presidente Mauricio Macri se ve involucrado por su propia historia, así como la de su familia y el grupo de empresas del que en alguna etapa fue integrante. Es una realidad que requiere ser esclarecida, sacando a la luz los aspectos desconocidos u oscuros y no ocultándolos. Cuando Macri decide ser un hombre público y ocupar cargos trascendentes, eligió correr con los riesgos y la suerte que ello implicaba. Por más que Macri prefiera que todos miremos hacia otro lado y nos hagamos los desentendidos, ello no va a ocurrir. Los opositores, los medios y la sociedad no soportan ni admiten que ocurra, por lo tanto, el presidente debería aceptar someterse al escrutinio público. Si esto es entendido por él, todo el proceso será menos traumático y más fácil de aceptar por todos.

Recomendaciones
Si comenzamos por el final, una decisión inteligente del presidente Macri será arbitrar los mecanismos para ser sometido a las investigaciones que resulten necesarias y en los ámbitos más adecuados y convenientes, ya sea en la justicia, los organismos públicos independientes o brindando las explicaciones suficientes acerca de su pasado, presente e incluso su futuro. Esa actitud no solo le disminuirá el costo político, sino que es muy posible que le reporte cierto rédito.

Las últimas tres presidencias completas han sufrido serias complicaciones con los patrimonios de los jefes de estado. Así ocurrió con Menem, le siguieron los Kirchner y vuelve a ocurrir ahora con Mauricio Macri. Con Macri muchos ciudadanos teníamos la expectativa que fuese un presidente sin cambios en sus bienes y si algún resabio dudoso lo antecedía, esperábamos que hiciese lo necesario para aclarar y resolver posibles situaciones dudosas.

Pensábamos así pues el presidente proviene de una familia de empresarios acaudalados, a quien el dinero no le era una asignatura pendiente, ya lo tuvo en el pasado y lo incrementó con el tiempo. Tuvo dinero, acumuló poder creciente, encaró gestiones exitosas en el fútbol y al frente de la ciudad de Buenos Aires. Ahora ocupa la primera magistratura. ¿A cuánto más se puede aspirar? ¿Cómo funciona la mente humana para obrar como si nunca fuera suficiente?

Lo cierto es que las declaraciones patrimoniales hablan, nos dicen muchas cosas. Solo hay que interpretarlas. Pero si el fulano tiene un historial de persona pública, sus antecedentes nos dan una buena cantidad de información.

Macri fue y es empresario, fue y es influyente en Boca y también lo es en el gobierno de la ciudad, pero continúa influyendo en la provincia de Buenos Aires. Esta acumulación de poder es buena, si se la emplea para el bien. Pero es peligrosa si los propósitos fuesen ruinosos.

La verdad es que al país le convienen los gobernantes con poder, pero con un sistema de contrapesos que aliente lo bueno, los deje hacer, pero que frene, morigere o limite los posibles desvíos, excesos y hasta los errores. Los controles deben ser reales y funcionar con eficacia. De esta manera, el gobernante concentrará su tiempo y esfuerzo en implementar decisiones prósperas, creativas y constructivas, a la vez que tendrá la excusa perfecta para poner freno o decir que no, a los oportunistas o a los amigos del poder, quienes se le acercan con propuestas non santas.

Macri ascendió en la escala de poder sin controles reales. En la ciudad, la Legislatura funcionó con mayoría del Pro, mientras la Auditoría en manos del FpV fue una figura decorativa, fruto de alguna clase de negociación que la hizo inoperante, ciega y cómplice.

Veremos qué nos deparan los controles en la Nación, pero lo que hasta ahora observamos confirma la regla. Macri quiso que la AGN fuese presidida por un funcionario muy cuestionado, Ricardo Echegaray, con quien sería sencillo negociar impunidad.

El tiempo nos indicará si el actual titular, Oscar Lamberto, gestionará como lo hizo en la AGN el prestigioso Dr. Leandro Despouy. Por ahora, vemos una Auditoría enredada en cuestiones reglamentarias e informes sin grandes hallazgos.

Después de un año del gobierno de Macri tampoco notamos el desempeño esperado de la UIF, la OA, la AFIP y la SIGEN. Aún no han demostrado que son capaces de controlar a sus propios funcionarios y gobernantes. La sociedad espera una reacción de estos organismos.

Lo peor lo encontramos en la falta de estrategias de control económico, eficaces contra el crimen organizado, a pesar que el combate del narcotráfico fue una de las premisas y promesas básicas de Mauricio Macri. Por ahora, solo apreciamos una grave y lamentable desarticulación, iniciativas solo aparentes, inauguraciones vacías de contenido y un peligroso laissez faire, leissez passer. Esta inacción traerá –sin dudas- consecuencias gravosas para los argentinos.

Breve reseña de la trayectoria
A su pasado empresario le sucedió una etapa pública: primero el fútbol (1995-2008) y luego la política, como diputado nacional (2005-2007), jefe del gobierno de la ciudad de Buenos Aires (2007-2015), hasta alcanzar su verdadera meta final: ser presidente de los argentinos a partir del año 2015.

La primera sospecha fuerte y clara sobre un hecho puntual, la encontramos en las maniobras con los bonos Tango, pero los rasgos pasados por alto en su tránsito por la ciudad, fueron la anulación de los controles reales para abrirse un camino libre a maniobras de cualquier envergadura.

Empresario
La profesión de ingeniero civil y su trabajo en las empresas familiares lo califican en todo lo ligado a las contrataciones con el estado.

Su vida corre paralela con la de su amigo desde siempre, Nicolás Caputo, otro empresario de segunda generación de negocios con el estado, similar al grupo Socma de la familia Macri.

En 1983 fundó con Caputo, su amigo, la firma Mirgor S.A., empresa proveedora de sistemas de climatización.

Caputo sería, además de amigo, el recaudador de fondos de las campañas políticas, aunque algunos solo lo consideran un mentor con quien diseñan las estrategias para reunir fondos.

Boca Juniors
Lo presidió durante tres mandatos, 1995, 1999 y 2003-2007. Le aplicó su conocimiento profesional y experiencia empresarial, transformando la entidad, en todos sus aspectos.Remodeló La Bombonera, incluyendo palcos VIP en el estadio.

Ya desde fuera del club apoyó a Daniel Angelici, quien logró la presidencia en el año 2011, cargo para el que fue reelegido en 2015 y que utiliza como soporte para el accionar político de Mauricio.

Ciudad
Mientras Macri era jefe de gobierno, la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) realizó una denuncia penal contra el entonces Ministro de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires, Néstor Grindetti, el Director General de Crédito Público, Abel Ignacio Fernández Semhan y contra Edgardo Srodek, director de la firma KBR Finance Ltd., por los delitos de defraudación por administración fraudulenta, incumplimiento de los deberes de funcionario público, malversación de caudales públicos y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública. Si bien Mauricio Macri no fue denunciado, sin dudas que ese escándalo lo involucra.

Básicamente, en la causa se les imputó irregularidades en la contratación del banco Credit Suisse y la consultora KBR Finance Ltd., a los fines de la emisión de la serie 8 de los Bonos Tango, por la suma de U$S 475.000.000., dinero que, según la autorización dada por la Legislatura porteña, debía asignarse –exclusiva y principalmente- a la extensión de las líneas A, B y H de la red de subterráneos. Como contraprestación, la ciudad acordó con Credit Suisse el pago del 0,75 % del monto total del capital de los títulos referidos, es decir U$S 3,5 millones, en concepto de gestiones por la suscripción y administración de los papeles. Además, se pactó un adicional del 1,25% del total del capital de los títulos (cerca de U$S m millones más) por “los servicios de organización”. Esta última suma se convino pagar tanto al citado banco como a la empresa KBR, cuyo representante en Argentina, y negociador con el GCBA para esta operación es Edgardo Srodek, dedicado a consultoría financiera, quien participó en el armado de la coalición entre los partidos Recrear y PRO, financiador privado de esa coalición e incluso jefe de la campaña en la provincia de Buenos Aires para las elecciones del 2007 y con vínculo familiar con el entonces diputado provincial de Buenos Aires por el PRO, Jorge Srodek.

El dinero obtenido por la operación de crédito público mediante la emisión de la serie 8 de los bonos Tango tuvo un destino distinto al fijado por la autorización legislativa.

Casualmente, Mauricio Macri adquirió bienes inmuebles en Tandil, provincia de Buenos Aires, a fines de 2010, poco tiempo después del episodio de los bonos Tango.

Según surge de los Panamá Papers el ministro y amigo de Macri Néstor Grindetti, tuvo, entre julio de 2010 y julio de 2013, un poder especial para operar en la empresa Mercier International y otro para manejar una cuenta en un banco de Suiza de la empresa Clariden Leu Ag[3].

Gobernar la ciudad fue una tarea fácil para Macri. Con mayoría propia en la Legislatura porteña y algún acuerdo con el FpV, en la Auditoría de la ciudad, el Pro logró sortear toda discusión y objeción de temas trascendentes desde lo económico, dejando pasar toda clase de arbitrariedades[4].

Según el informe, la acción de los auditores fue solo aparente, superficial y complaciente, carente de la profundidad que le es requerida a un organismo de esta naturaleza.

No se dio prioridad al seguimiento de las compras y contrataciones. Si no se auditan las áreas y operaciones más significativos y trascendentes, la acción del organismo no resulta eficaz y se dejan pasar las oportunidades de detectar posibles anomalías.

Los informes de la Auditoría se produjeron con atraso, o bien no se produjeron. No se analizaron los aspectos más delicados. No se realizaron controles rigurosos de las grandes obras, así como la existencia de licitaciones o contratos directos sin licitación, el control de las ofertas y la elección de los contratos más convenientes a los intereses de la Ciudad. No hubo hallazgos significativos o relevantes.

Presidencia
El desprolijo manejo del patrimonio personal del presidente Macri[5]

La OA omitió aconsejar al presidente Macri para que cesen sus vínculos en conflicto con Caputo: acreedor, socio, contratista del estado, recaudador de campaña, amigo. Más que nepotismo, existe un claro conflicto de intereses.

La OA dio tratamiento diferente en casos similares[6]. Mientras a un ministro le indicó deshacerse de sus acciones en una empresa petrolera, con el presidente no tuvo reacción equivalente.

Fideicomiso ciego: el presidente Mauricio Macri solo incluyó las acciones de algunas empresas. El 60% del activo está fuera del fideicomiso[7].

La acumulación se cuestiones económicas y patrimoniales llevan la mirada de los argentinos a plantearnos la existencia de las llamadas “Capas opacas de Mauricio[8].

El decreto de amnistía para familiares, fue considerado una norma a la medida de algunos allegados al presidente[9]. No solo reaccionó la oposición política, sino casi todas las fuerzas vivas y la valió a los firmantes de la norma una imputación penal, que hace prever un nuevo e innecesario escándalo judicial. El objetivo último del decreto cuestionado, sería acercar un salvavidas a cierta persona o grupos que, más allá de todo, le sumó otra mancha al ya extenso historial de anomalías patrimoniales.

Por último, en el comienzo de un nuevo año electoral, preocupan los tres millones de pesos que el partido del presidente Mauricio Macri recibió en 2015, de aportes privados para financiar su campaña para las elecciones primarias y las generales. Esa pequeña fortuna, según los registros proviene de gerentes y empleados de empresas contratistas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y gobiernos provinciales, algo que entra en conflicto con la ley que prohíbe este tipo de donaciones incluso fuera del período de campaña[10].


[1] Titular de Contadores Forenses ONG.
[2] ¿Qué es el fideicomiso ciego del que habló Macri? por Olivia Sohr para Chequeado.com http://chequeado.com/el-explicador/que-es-el-fideicomiso-ciego-del-que-hablo-macri/
[3] http://www.infobae.com/politica/2016/06/28/panama-papers-imputaron-a-nestor-grindetti-por-supuesto-enriquecimiento-ilicito/
[4] La Auditoría y los controles en la Ciudad de Buenos Aires. Comunicado de Contadores Forenses ONG, http://contadoresforenses.blogspot.com.ar/2014/11/la-auditoria-y-los-controles-en-la.html
[5] http://contadoresforenses.blogspot.com.ar/2016/05/el-desprolijo-manejo-del-patrimonio.html
[6] “La OA resolvió recomendar al ministro (Aranguren) que se desprenda de su participación societaria en la empresa Royal Dutch Shell Plc o que adopte alguna medida patrimonial (tal como la constitución de un fideicomiso ciego de administración y disposición). La OA sustenta su recomendación en el “deber de prudencia” previsto en el artículo 9 del Código de Ética de la Función Pública. Este artículo sostiene que “El ejercicio de la función pública debe inspirar confianza en la comunidad. Asimismo, debe evitar acciones que pudieran poner en riesgo la finalidad de la función pública, el patrimonio del Estado o la imagen que debe tener la sociedad respecto de sus servidores”.” https://www.argentina.gob.ar/noticias/dictamen-sobre-la-situacion-del-ministro-de-energia-y-mineria-aranguren
[7] http://contadoresforenses.blogspot.com.ar/2016/06/el-presidente-mauricio-macri-solo.html
[8] http://contadoresforenses.blogspot.com.ar/2016/11/capas-opacas-de-mauricio.html o http://noticias.perfil.com/2016/11/21/un-ex-contador-de-la-corte-suprema-destroza-la-declaracion-jurada-de-macri/
[9] Decreto 1206/2016.
[10] http://chequeado.com/investigaciones/macri-recibio-3-millones-de-contratistas-del-estado-para-su-campana-electoral/

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