En una semana ma pasaron cosas muy lindas. Estamos tratando de colaborar en el esclarecimiento de la causa por la tragedia de Once.
Lo hacemos de la mano de la mamá de Lucas Menghini, el joven que fue encontrado en el tren chocado, después de dos días de búsquedas.
En medio de las audiencias del juicio oral, María Luján Rey, me expresó sus sentimientos distinguiéndome por su gesto. Lo hizo regalándome el libro de su autoría, el diario de una madre después de la tragedia de Once.
Lo hizo con unas palabras, a modo de dedicatoria, que marcan la calidad humana de esa familia y que es la sensación más cercana a los sentimientos de lo que debe estar pasando por las mentes y corazones de los familiares y amigos de las 51 víctimas fatales.
La Mamá de Lucas, dice:
Alfredo: Gracias por acompañar nuestra lucha dolorosa, larga pero obligatoriamente necesaria para soñar un país mejor.
A pesar del dolor y la angustia, María Luján coloca como prioridad la ilusión y la esperanza de una Argentina que supere sus problemas y salga adelante. Transforma su dolor en buenos sentimientos y deseos para todos.
Las personas que se desnudan al escribir un libro y lo entregan a otro con palabras sentidas, sacan de adentro lo mejor del ser humano.
Casi por casualidad en los mismos días me crucé con una persona que admiro, por su esfuerzo y hombría de bien, y por no doblegarse ante las presiones.
Me refiero a quien siento mi amigo, el Dr. Leandro Despouy, que acaba de publicar un libro, producto de estar 12 años al frente de la Auditoría General de la Nación.
El contenido del libro de Leandro tiene mucho en común con el de María Luján, ambos fueron escritos pensando en la gente y deseando un país mejor. En especial cuando Despouy se refiere a la década que perdió el tren, narrando las anomalías del transporte ferroviario.
Dos vidas que se cruzan: una mamá que lucha por la memoria de su hijo muerto y un hombre de bien, que le aporto rigor a realidades que sacó a la luz, que pone el foco en los principales problemas que los gobernantes deben superar.
Me acaricia Despouy con su dedicatoria: PARA ALFREDO. Siguiendo nuestra colaboración y afecto de siempre.
Gracias a ambos por lo que hacen ...
Lo hacemos de la mano de la mamá de Lucas Menghini, el joven que fue encontrado en el tren chocado, después de dos días de búsquedas.
En medio de las audiencias del juicio oral, María Luján Rey, me expresó sus sentimientos distinguiéndome por su gesto. Lo hizo regalándome el libro de su autoría, el diario de una madre después de la tragedia de Once.
Lo hizo con unas palabras, a modo de dedicatoria, que marcan la calidad humana de esa familia y que es la sensación más cercana a los sentimientos de lo que debe estar pasando por las mentes y corazones de los familiares y amigos de las 51 víctimas fatales.
La Mamá de Lucas, dice:
Alfredo: Gracias por acompañar nuestra lucha dolorosa, larga pero obligatoriamente necesaria para soñar un país mejor.
A pesar del dolor y la angustia, María Luján coloca como prioridad la ilusión y la esperanza de una Argentina que supere sus problemas y salga adelante. Transforma su dolor en buenos sentimientos y deseos para todos.
Las personas que se desnudan al escribir un libro y lo entregan a otro con palabras sentidas, sacan de adentro lo mejor del ser humano.
Casi por casualidad en los mismos días me crucé con una persona que admiro, por su esfuerzo y hombría de bien, y por no doblegarse ante las presiones.
Me refiero a quien siento mi amigo, el Dr. Leandro Despouy, que acaba de publicar un libro, producto de estar 12 años al frente de la Auditoría General de la Nación.
El contenido del libro de Leandro tiene mucho en común con el de María Luján, ambos fueron escritos pensando en la gente y deseando un país mejor. En especial cuando Despouy se refiere a la década que perdió el tren, narrando las anomalías del transporte ferroviario.
Dos vidas que se cruzan: una mamá que lucha por la memoria de su hijo muerto y un hombre de bien, que le aporto rigor a realidades que sacó a la luz, que pone el foco en los principales problemas que los gobernantes deben superar.
Me acaricia Despouy con su dedicatoria: PARA ALFREDO. Siguiendo nuestra colaboración y afecto de siempre.
Gracias a ambos por lo que hacen ...
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