Una contabilidad transparente de las donaciones realizadas por los israelitas, ha sido el tema elegido y ejemplo tomado por el rabino Yossy Goldman.
Compartimos algunos de sus comentarios que reproducimos abajo, pero nos pareció interesante remontarnos a antecedentes de los orígenes de la religión judía.
Los temores y fraudes contras las comunidades formaban parte de las preocupaciones de los líderes de la historia y datan de los orígenes mismos de la sociedad.
No resolveremos los problemas en su totalidad, pero podemos hacer mucho para mejorar, minimizarlos y tratar que sus consecuencias no generen un retraso para las naciones del mundo y un perjuicio directo a las personas de menores recursos.
DETENER LA CORRUPCIÓN
Transparencia y Rendición de cuentas son las nuevas palabras
de moda para el gobierno corporativo del siglo XXI.
Sin duda, gente honorable acepta cualquier esfuerzo genuino
para detener la corrupción y la deshonestidad en cualquier esfera de la
sociedad tanto sea corporativa, gubernamental o personal.
Pero, ¿es esto realmente un fenómeno nuevo? ¿Es la nuestra,
de hecho, la primera generación en la historia que se preocupa por estos temas?
En lectura de la Torá de esta semana, Pekudei (Shemot 38-40), aprendemos de
los días de Moisés, una contabilidad transparente y detallada que se llevó a
cabo sobre las donaciones realizadas por los israelitas para la campaña de
construcción del Santuario y sus recipientes sagrados.
Las contribuciones de oro, plata y cobre, fueron pesados
para que nadie pudiera lanzar ningún entredicho acerca de la integridad de
Moisés y su equipo. De hecho, los comentarios derivan de este episodio que
aquellos responsables de los fondos de la caridad deben asumir la
responsabilidad.
Todos tenemos que ser "inocentes a los ojos de Di-s y
el hombre" "Ética de los Padres" nos recuerda que debemos
considerar que algún día, todos se enfrentarán a la rendición de cuentas final.
Cada uno de nosotros compareceremos ante el tribunal celestial para dar un
"Din v'jeshvon”, "una justificación completa y una contable" por la forma en la que hemos vivido nuestras vidas.
Es fascinante observar que de alguna manera el Talmud
(Shabat, 31a) nos dice las preguntas reales que serán formuladas por ese
tribunal supremo. La primer pregunta no va a ser: "¿Usted creyó en
Di-s", o "¿Ayunaste en Iom Kipur?" Lo creas o no, la primera
pregunta en este final de los exámenes va a ser la siguiente: "¿Fuiste
leal en los negocios?". No qué tan religiosos fuimos con Di-s, sino cómo
fueron llevados a cabo los asuntos de negocios. "¿Fuiste honesto y leal
con la gente?".
La segunda pregunta, sin embargo, va al corazón de nuestro
judaísmo: "¿Reservaste un horario fijo para el estudio de la
Torá?". Parecería que familiarizarse con la Torá y convertirse en un
judío con conocimiento, es la llave que abre las puertas a todo lo demás en la
vida judía. ¿No es una anomalía de nuestro tiempo que muchas de nuestras mentes
legales más brillantes, abogados, defensores y jueces, nunca hayan abierto una
página del Talmud, la enciclopedia clásica de la ley Judía? ¿O que algunos de
nuestros mejores médicos no conozcan los escritos médicos de Maimónides, el
gran médico y erudito del siglo XII? O que nuestros magnates de los negocios
más brillantes siguen siendo judaicamente ignorantes, incluso analfabetos?
Cuando se trata de cruzar un semáforo en rojo, la ignorancia de la ley no es
excusa.
Ninguno de los policías de tráfico va a aceptar la historia
de que el conductor no sabía que era ilegal.
En nuestra época, con tantas nuevas oportunidades
disponibles para el estudio de la Torá, la ignorancia Judía simplemente no se
puede concebir.
Por: Yossy Goldman