domingo, 27 de noviembre de 2011

Un perito contador dictaminó en dos pericias haber detectado el desvío de fondos de cuentas bancarias. También dictaminaron dos expertas en sistemas y otra de cálculos científicos


Fue absuelto un empleado del BAPRO acusado de desviar fondos de sus clientes a su cuenta personal

La falta de pruebas contables suficientes condujo a la absolución de quien se benefició de los fondos.

Un empleado de la sucursal Cañuelas fue llevado a juicio oral por un presunto caso de estafa. La justicia no pudo determinar de qué modo se transfirió a su cuenta particular el dinero de algunos clientes.


El empleado bancario del Banco de la Provincia de Buenos Aires sucursal Cañuelas, el imputado, de 43 años, fue absuelto en el juicio oral que ventiló una denuncia sobre un presunto fraude en perjuicio de la administración pública.


El empleado bancario del Banco de la Provincia de Buenos Aires sucursal Cañuelas, el imputado, de 43 años, fue absuelto en el juicio oral que ventiló una denuncia sobre un presunto fraude en perjuicio de la administración pública.

A criterio de la fiscal de juicio Helena de la Cruz se dio por acreditado que durante los años 2000 a 2004, una persona que se desempeñaba como auxiliar letrado del sector tarjetas de crédito, atención al cliente y pago a comercios en la sucursal Cañuelas del Banco Provincia, con abuso de confianza, procedió a apropiarse de distintas sumas de dinero, aproximadamente 36 mil pesos, mediante el desvío y/o transferencia de fondos de cuentas internas del Banco hacia sus cuentas particulares y de un tercero, provocando con dicho accionar un claro perjuicio al erario público provincial.

Al juicio fueron llevadas dos expertas en sistemas de información y otra de cálculos científicos que describieron el sistema de seguridad que imperaba en la entidad bancaria.

Explicaron que cada transacción que se realizaba en la sucursal quedaba registrada en un archivo y que a su vez se definían los tipos de usuarios que habían operado el sistema. Las operaciones se imprimían y guardaban por diez años en un lugar seguro y específico, a cargo del gerente o contador de cada sucursal.

En el sistema de usuarios de los empleados, Baguis tenía el nivel más bajo de acceso. No podía operar una transferencia mayor a cien pesos sin la conformidad de un superior.

Y en conclusión de las expertas citadas al juicio dijeron que es poco probable que Baguis pudiera memorizar las claves de cada uno de los supervisores que intervinieron en los movimientos contables.

CUENTAS SOSPECHOSAS

También testimonió un perito contador quien aseguró que en dos pericias (una en el 2006 y otra en el 2009) detectó el desvío de fondos de cuentas.

Dijo que existían en el Banco "cuentas puente" que se usaban para transferir fondos a otras cuentas y balancearlas para evitar desajustes y que estas operaciones se realizaban cuando había pagos mal retirados o efectuados por error involuntario.

A preguntas de la defensa de Baguis, respondió que no contó en cada una de las operaciones que se le imputan a Baguis con la documentación respaldatoria de las transacciones, es decir que no consta que hayan sido certificadas en los libros de asientos diarios con firma de jefe de área o contador del Banco más sellos reglamentarios del Banco.

Sostuvo también que las autoridades del Banco le manifestaron que no se encontró el respaldo del papel firmado por los supervisores, motivo por el cual sancionaron a estos por ser responsables de los controles.

El perito destacó que las maniobras defraudatorias del imputado consistieron en utilizar cuentas internas del Banco para traspasar a su propia cuenta y a otra a nombre de una persona apellidada Lugea. Pero no supo cómo pudieron llevarse a cabo los traspasos.

Durante una auditoría se supo que Baguis tenía movimientos en su cuenta que no se condecían con ingresos genuinos sino con débitos a cuentas internas del Banco y acreditadas en las del nombrado.

Las operaciones tenían como destino final la cuenta de Baguis pero no se pudo probar que fueran realizadas por él.

A entender del juez Claudio Bernard, del Criminal N° 2 de La Plata, no fue explicado ni probado cómo pudo Baguis lograr los traslados del dinero de la entidad a su propia cuenta.

“El poder que tenía Baguis al momento de los hechos se encontraba sumamente recortado dado que desde su función más baja dentro del escalafón bancario, no podía lleva a cabo transacciones sin un debido contralor”, destacó el magistrado.

Para el juez no se pudo demostrar la maniobra completa para establecer la transferencia de diversos montos de dinero a la cuenta de Baguis y ello le impidió llevar adelante una imputación adecuada.

Por lo tanto, existiendo duda respecto del hecho denunciado, el juez se ajustó a que ésta siempre debe interpretarse a favor del reo. De tal modo que Bernard pronunció veredicto absolutorio.

Dentro del plazo para presentar apelaciones el apoderado de la entidad bancaria recurrió a la Cámara de Casación de La Plata donde expresó su disconformidad con la sentencia.