domingo, 5 de julio de 2009

Política Científica Judicial

Por: Carlos Machado Schiaffino

+ Bregar por una policía científica judicial, con independencia,
autonomía funcional y autarquía financiera (¿Ministerio Público como un órgano extrapoder?), capacitada, equipada, responsable, elegida y promovida por concurso público de antecedentes y oposición, con un jurado reconocido en la especialidad, más allá de los avatares sociopolíticos de turno.

+ Tribunales y colegios de magistrados ético-morales irreprochables,
tanto en su capacidad y formación intelectual, como en su elección y función, son imprescindibles para no vaciar de contenido a las instituciones democráticas.

+ Luchar por el desmantelamiento de la corrupción en todos los niveles; transparencia institucional y acatamiento a la ley como modelo corrector y sancionatorio para el transgresor.

+ Los jueces que aplican la ley penal serán los encargados —entre otras cosas—, de garantizar con sus fallos, inmersos en el compromiso social, la preservación de la civis, v.gr., ordenar (previos estudios periciales y psiconeurológicos minuciosos, inclusive a solicitud del delincuente y/o representantes o curadores) cirugías eteroatáxicas y funcionales a los violadores y homicidas seriales (¿reducción de la pena?). Más de uno de ellos, estará agradecido porque habrán colaborado para que esa compulsividad irrefrenable no produzca más daños irreparables.