Son las personas que ayudan a ocultar a los titulares reales del dinero. En Argentina serían los Cristóbal, los Lázaro, los Vanderbroele, pero también los Fariña los Pérez Gadín. Otra variante de estos personajes son aquellos inescrupulosos dispuestos a hacer el trabajo sucio, como puede ser Milani. Ellos son quienes instrumentan los mecanismos para ocultar el dinero y hacerlo aparecer cuando deben echar mano. Generalmente se valen de sociedades pantalla.
El caso Maluf, financista del dictador sirio El Asad pone en evidencia la existencia de sociedades anónimas pantalla porque ayudan a burlar las sanciones de la comunidad internacional. Ayudan a brutales tiranos a saquear los países que están bajo su control. Permiten esconder el botín en empresas offshore, cuyas cuentas bancarias pueden encontrarse en Suiza o Luxemburgo. En el caso de Rami Majluf ocultan su dinero en el banco suizo HSBC.
Para combatir el problema se aplican sanciones que se dirigen hacia donde más duele: el dinero. El principio es sencillo: la ONU, la UE o países como Estados Unidos intentan determinar qué personas tienen poder o influencia. Sus nombres se incluyen en la lista de sanciones para decirle al mundo: "Atención!: Quien haga negocios con esa gente tendrá problemas!"
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