lunes, 26 de agosto de 2013

La carrera del contador forense

Hay múltiples maneras de forjar una carrera profesional de contabilidad forense. La mía personal se inició en la actividad judicial, actuando como perito de oficio en juicios laborales y en los fueros comerciales.

Para ello me inscribí en los tribunales de la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires (Morón, San Martín, San Isidro y Avellaneda).

A ello le sumé la participación en todo evento que realizaron los organismos profesionales, por un lado, y la actividad docente universitaria, recorriendo la carrera docente, por el otro, que tanto me ha dejado y ayudado a formarme.

Con el tiempo sumé otras actuaciones judiciales, además de las pericias, actué como veedor, interventor, coadministrador, partidor, etc. Experiencias raras pero apasionantes. Otra etapa fue la actuación como síndico concursal en diferentes tribunales.

La realización de la carrera de posgrado en sindicatura concursal me dio una visión que me permitió enamorarme del tratamiento de las empresas en dificultades, pensar y trabajar mucho en lo relativo a la recuperación de las organizaciones en crisis. Con el tiempo tuve la oportunidad de ejercer la docencia como profesor de Administración de Empresas en Crisis en la Universidad de Morón, otra etapa que recuerdo con cariño.

A todo ello pude sumarle una enriquecedora actividad como perito contador oficial en el Cuerpo de la Corte Suprema de Justicia, que me permitió profundizar el apasionante mundo de la labor del contador público en el campo penal, con las mayores experiencias que nunca había imaginado.

Fue en esa etapa que comprendí que la actividad judicial está íntimamente ligada a la rama profesional de investigación de fraudes, pues se complementan, y sumadas permiten mejorar la visión frente al avance y complejidad de los delitos económicos, que tanto afectan e influyen en el destino de los países. El avance de los delitos contra las empresas y las organizaciones privadas y públicas ponen en peligro y condicionan el progreso de las naciones.

Hoy día los delitos graves como el terrorismo internacional, el narcotráfico, el contrabando de armas, pero también el lavado de dinero, el tráfico de bienes del patrimonio cultural, la trata de personas y otros, constituyen amenazas que pueden ser acotadas por una buena política de los gobiernos y una tarea esmerada de los profesionales de las especialidad.

Ésta fue mi experiencia. Pero sin duda hay otras formas de confluir en carreras similares, siguiendo por el camino de la contabilidad, la auditoría, las finanzas, la informática, la economía, etc. Por todos estos u otros senderos se puede llegar a la contabilidad forense.

Podemos decir, entonces, que la contabilidad forense por excelencia es aquella que realiza el profesional de las ciencias económicas dedicado a analizar los litigios que son debatidos dentro del campo del derecho, donde la experiencia y tarea del contador forense resulta decisiva para que quienes deben tomar las decisiones, cuenten con los elementos de juicio que le ayudan a ver con claridad el problema, y de esa manera arribar más fácilmente a una justa y ecuánime solución.

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