lunes, 13 de mayo de 2013

Una empresa gráfica que renació de las cenizas

Las empresas y empresarios que superan las crisis


Sebastián Maggio narra a velocidad y cose las palabras con un hilo vehemente. Asegura que fue su destino natural convertirse en CEO de Arcángel Maggio, la imprenta fundada por su abuelo hace 84 años. Se apropió de lo propio después de atravesar una crisis empresarial agónica, casi terminal. Luego del trance, despegó y le dio volumen a un negocio diversificado. Creó Briefing 360, especializada en el ciclo completo del POP (punto de venta). Fundó Maggio Boutique Impresión, donde los artistas que imprimen sus obras con ellos pueden exhibirlas en un selecto espacio de Recoleta. Desde Ay Nou da un servicio de generación de contenidos mediante publicidad no tradicional. Con Paper Trash recicla papel y con Editorial Acción produce tres revistas: “Presente”, dedicada a la responsabilidad social empresarial; “Convivimos”, una mensual de Tarjeta Naranja con más de 450.000 suscriptores, y “Vivir bien”, publicación de Laboratorios Roche.

Noticias: Leí que continuar con la empresa no fue mandato sino pasión, ¿es cierto?
Sebastián Maggio: Totalmente, lo que más me moviliza es la pasión, así que llevo esta tercera generación con mucha naturalidad. Yo jugaba en triciclo en la imprenta…
Volvía del jardín de infantes, se subía a sus tres ruedas y se iba desde su casa en Boedo a la imprenta, puerta mediante. Allí tenía un socio de aventuras: Pancho, un maquinista que cuando el patrón no veía, le indicaba qué botón apretar. “Yo tocaba una palanca y la máquina cambiaba el funcionamiento, me encantaba”. De esa fascinación por manejar los hilos, dará luego ejemplos actuales. A los 19 años, empezó a trabajar formalmente en la empresa.
Noticias: ¿Su padre, Francisco, le armó una especie de training?
Maggio: Sí, en el `95, cuando todavía no existía el coaching personal, me puso al equipo de Jorge Hermida, quien escribió cantidad de libros de Administración de Empresas. Estaba seis meses como responsable de cada posición. Si lo hacía mal, paraba la planta; a mí me gustaba mucho ver mis resultados. Esa formación me permitió ir tomando gerencias hasta llegar a la dirección de la empresa, entre mis 26 y 28 años. El respaldo de mi padre fue letal. Cuando yo entraba en alguna área, yo era él y él no necesitaba más preocuparse por ese sector.
Noticias: ¡Qué confianza le tuvo!
Maggio: Exacto, creo que eso incentivó mi pasión. Trabajamos muchos años como coequipers. En el `98 hicimos una inversión muy importante y en el 2000 aparece un gran problema: clientes que quebraron, empresas que no siguieron trabajando. Tuvimos un tema financiero muy, muy difícil… Durante esos años, iba escribiendo en un libro mis proyectos, lo que para mí era el futuro de la compañía y la nueva visión de negocio.
Noticias: ¿Qué pensó en medio de la crisis?
Maggio: Perder la compañía ya no pasaba por lo económico, era un tema de corazón, de identidad, de mis orígenes… Le pusimos el pecho y trabajamos muy duro. Mi padre se enfocó en salir del pozo y yo empecé a hacerme cargo de la operación diaria. Hasta que salimos y él dio un paso al costado.
Al año de ganarle a la crisis, su papá tuvo cáncer. A los seis meses de que superara la enfermedad, a la madre de Sebastián también le dieron el mismo diagnóstico. Ambos pudieron recuperarse. “El mayor orgullo de toda esa época es que la gente nunca cobró un día tarde, seguimos comprando máquinas, haciendo proyectos”.
Noticias: Una situación comparable al maratón, disciplina que usted practica y que implica tener resistencia, invertir y dosificar la energía.
Maggio: (sonríe) Voy a contarte algo. En el momento más crítico, de mayor presión, en un desayuno tomé agua y la devolví, tenía el estómago que no podía ni tomar agua… Sentí que tenía dos alternativas: que me pusieran suero y me despertaran cuando esto se resolviera o sentirme más fuerte que nunca. Así que pedí que me consiguieran un entrenador que pudiera prepararme entre las 21.30 y la 1 de la mañana. Empecé a entrenar todos los días tipo
Rocky (risas). Invierno, cero grado y yo corriendo y, mientras corría, relacionaba temas muy difíciles. Era una necesidad de mi cuerpo de sacar lo que me hacía daño y moverlo. Finalmente, en julio del 2008, los propios accionistas recompramos la empresa, nos hacemos cargos del pasivo y hubo un renacimiento de la compañía, por los propios Maggio. Fue una combinación de locura, entrenamiento, tensión, creatividad… esa crisis me fortaleció.

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