miércoles, 22 de agosto de 2012

La "verdad", "veracidad" y "exactitud financiera", desaparecen de las contabilidades y los balances, según el proyecto Lorenzetti, Highton de Nolasco y Kemelmager de Carlucci

Si analizamos el capítulo sobre contabilidad y estados contables del proyecto de Código Civil y Comercial que impulsa una comisión de la Corte Suprema y el Poder Ejecutivo, encontramos serios reparos.

La contabilidad en Argentina, en general, es una herramienta que solo se emplea para cumplir con requerimientos tributarios o financieros. Es decir, para la liquidación de impuestos o para solicitar créditos.

Mucho ha crecido nuestra economía con contabilidades que no muestran la realidad de las operaciones y la situación de las empresas.

Las falencias en la redacción del Código de Comercio fueron subsanadas con el correr del tiempo por la jurisprudencia, la reforma del código de 1963, la resolución de la Inspección General de Justicia Nº7 del año 2005, así como por la doctrina y jurisprudencia.

En cambio, los grandes fraudes ocurridos en el mundo han llevado a introducir mejoras en la calidad de la información contable, exigencias tendientes a evitar maniobras contables y responsabilizar a empresarios y consultoras sin escrúpulos. Por el contrarrio Argentina promueve la liviandad de las anotaciones.

Ya no se requerirá que las cuentas tengan "exactitud financiera" como hasta el presente, de modo que el dinero y demás recursos podrán ser reflejados de forma distorsionada, sin que ello afecte la opinión profesional ni implique responsabilidad para sus autores.

La redacción proyectada representa un retroceso en materia contable. Lamentamos que los adelantos logrados en los últimos sesenta años se tiren por la borda, en lugar de capitalizarse y seguir mejorando.