viernes, 27 de abril de 2012

Fraudes contables en Argentina

Revista Veintitrés - 26 Abr 2012

Los perjuicios por delitos económicos que sufren las empresas se calculan en el 5% de los valores de las ventas totales. Son sumas enormes que en su mayor parte las empresas las desconoce, pues quedan ocultan en sus balances.

Los daños resultan mayores aún cuando se trata de delitos reiterados cuya acumulación pueden poner en peligro la de la empresa.

Cuando los investigadores de fraudes realizamos nuestra tarea, las compañías no dejan de sorprenderse de las sumas que pierden por los fraudes que no lograban detectar, la magnitud de los daños puede llegar a cifras insospechadas.

La creatividad no tiene límites y son muchas las formas delictivas que se descubren, que en su mayoría se encuentran reprimidas en el Código Penal, con penas de prisión que llegan a los 6 años cuando se trata de fraudes de administración fraudulenta, vaciamiento de empresa o quiebra, o hasta 2 años de prisión cuando se trata de balances o estados financieros falsos.

Un caso paradigmático de las últimas semanas se relaciona a las sospechas de manejos irregulares en la petrolera YPF, que llevó a la separación de sus directores y gerentes. A ello se le sumaron medidas tendientes a resguardar la continuidad operativa de la empresa para asegurar el aprovisionamiento de combustibles y gas.

Los fraudes y las crisis se encuentran íntimamente ligados, pues la envergadura de los delitos que se cometen en algunas empresas las hacen tambalear y en ocasiones hasta las ponen al borde de desaparecer.

También se registran de países en crisis o hasta regiones con economías empresarias afectadas, que son caldo de cultivo para la proliferación de toda clase de delitos, que se agudizan cuando los controles comienzan a relajarse. EEUU y Europa vienen transitando este camino.

El despliegue de auditorías de fraudes puede ser el remedio necesario para terminar con el flagelo. Desde luego que cuando hay fraudes los procedimientos son diferentes a las auditorías anuales. Detectar delitos es complejo, pero más importante aún es conservar a buen resguardo las pruebas que serán utilizadas en las instancias siguientes.

Las pruebas de los delitos de fraude pueden ser la base de una simple negociación con los responsables, pero también son la evidencia necesaria para un reclamo comercial o civil tendiente a conseguir el recupero de lo defraudado.

La justicia criminal tiene sus propias reglas para darle validez a las pruebas, de modo que no solo deben adoptarse recaudos especiales cuando son encontradas, sino que hay reglas técnicas forenses en materia contable que manejan los especialistas y su validez se comprueba al momento de llevar adelante el juicio.

Hay empresas que llegan hasta las últimas consecuencias en las investigaciones y no solo se interesan en separar a los responsables, sino que aspiran a obtener resarcimiento económico y lograr las máximas condenas penales de los involucrados.

Columna de opinión publicada en Revista Veintitres del 26/4/2012